La Felicidad es una tarea individual y colectiva, requiere un esfuerzo constante de todos nosotros, se relaciona e influye en todo, es un elemento vital para tener un mundo mejor.
jueves, 16 de abril de 2020
Huertos y gallineros familiares
Muy buenos días, en éstos días, se pueden observar ciertas cosas, entre otras, carencias fruto de los tiempos modernos, hemos abandonado los huertos y gallineros familiares. Si bien aún quedan algunos, especialmente en los pequeños poblados rurales, en las ciudades, donde también existieron en otros tiempos, ya no quedan. Y hoy cuando leo o escucho los lamentos de mucha gente por los problemas de alimentación de muchas familias, me vienen aquellos recuerdos de cuando en el fondo de casa mis viejos nos enseñaban a mover la tierra para sembrar nuestro huerto.
Recuerdo también el gallinero, que en nuestro caso llegó a ser una pequeña fuente de ingresos y especialmente una escuela de emprender y administrase en la vida para mí y mis hermanas. Todos colaborábamos e las tareas de siembra, cuidado y cosecha del huerto y el gallinero. Algunas cosas se consumían a diario, lo que no se usaba en el momento se guardaba adecuadamente, en lugares secos o se hacía conservas para cuando fuera necesario. Aprendíamos a hacer todas esas cosas y a compartir las tareas, a trabajar en equipo. Eran momentos en los que más allá del esfuerzo, se generaban también alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Por otra parte, dábamos comida y agua a los pollos y gallinas, recogíamos los huevos. Siempre estábamos ocupados, entre el colegio, los deberes que nos ponían las maestras, las tareas domésticas y jugar con los amigos del barrio.
Hoy por razones obvias, algunas de esas actividades están descartadas de momento. No obstante, las que hemos dejado en desuso y que muchos aún recordamos, podríamos volver a retomarlas, sería una buena solución para muchas familias. Por un lado, resolvería en parte las carencias alimentarias, por otro, sería una forma de ahorro importante y un buen ejemplo para las nuevas generaciones. Una forma de enseñar que es necesario sembrar para cosechar y que ello implica trabajo, esfuerzo, ganas, actitud positiva y paciencia. Las cosas no surgen espontáneamente, requieren de un proceso.
Así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, observando constantemente el entorno, atento a cualquier cambio o elemento que me llame la atención. Siempre hay cosas novedosas que nos hacen reflexionar y valorar la importancia de recordar las buenas prácticas que se están perdiendo por apoltronarnos en las comodidades modernas. Yo, sigo con mi pregón cotidiano, para movilizar y salir un poco de esa zona de confort. A disfrutar el día y a seguir cuidándose!!!! En casa aportamos mas!!!! Sobreviviremos!!!!!
Un fuerte abrazo!!!!
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