El punto de equilibrio

Muy buenos días, después de una jornada intensa, llena de emociones, el atardecer nos marca el relax, el punto de equilibrio. Esa armonía interna, que nos queda al combinar los estados por los que pasamos a lo largo de la jornada. Cada día, todos de una forma u otra, pasamos por diferentes momentos a lo largo del trayecto cotidiano. Independientemente de nuestra voluntad, o nuestro esfuerzo por evitar ciertas situaciones, en mayor o menor medida, caemos en las redes que nos tiende la vida.
De ahí, la importancia de mi pregón cotidiano, de esa insistencia en aprender a controlar determinados mecanismos que nos ayudan a solventar cualquier situación o acontecimiento. Así como todos pasamos por esas situaciones comprometidas, por esos sucesos amargos, también tenemos incorporados los mecanismos para solventarlos. Ese motor interior, que nos hace generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza entre otras cosas.
Toda esa maquinaria bioquímica, con la que hacemos aflorar esos sentimientos y emociones positivas equilibrares. Es la misma con la que creamos y generamos las sustancias esenciales para nuestra vida cotidiana. La que fabrica nuestras defensas, la que nos ayuda a respirar y alimentar de diferentes modos nuestras células. En resumen, todo ese conjunto requiere de un equilibrio, de una armonía perfecta para mantener activada toda esa estructura electrónica. Nosotros, una insignificante partícula universal, un continente de otro universo igualmente complejo.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, consciente de mi insignificancia y al mismo tiempo de mi complejidad. Compartiendo la visión y la misión que considero adecuada para vivir en sociedad. Gracias a nuestra prima Chiti por la foto del atardecer. A disfrutar el día!!!! A volver poco a poco y sin apuro!!! Ojo con la segunda ola!!!!
Les mando un abrazo!!!!!!