Hola, muy buenos días, esa bruma que desde el océano entra por la ría da Estrela, extendiéndose a ras de la mar y por los montes arriba, bajando temperatura, humedeciendo y dando vida al entorno natural. Es una neblina que cuando a lo lejos se ve entrar por la boca de la ría, solo con eso parece que las altas temperaturas veraniegas ya comienzan a bajar. Son esos efectos producto del contraste entre las altas temperaturas del aire y las frías corrientes marinas que bañan éstas costas.
Todo lo que nos rodea, nosotros mismos somos producto de esos contrastes que durante millones de años se vienen produciendo en éste planeta y que seguirán a pesar de nosotros. Frio y calor, orden y caos, bueno y malo, húmedo y seco, todos son elementos útiles en el proceso evolutivo. Son causas y efectos, origen y producto final de un proceso, que en realidad nunca termina, es una constante búsqueda de ese balance imprescindible. Una parada en el camino para recuperar energía, para procesar y generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Esos productos finales que tanto valoramos, fruto de un trabajo personal esforzado, en el que nos aplicamos con ganas y actitud positiva, afloran de lo más profundo de nuestro ser. Son sentimientos y emociones positivas que nos vuelven a poner en el camino, que nos estimulan a ponernos otra vez manos a la obra. Así el universo, el planeta y la naturaleza están en transformación continua, nosotros también entramos en ese mismo proceso de transmutación. Nos vamos adaptando a todos esos cambios y sin darnos cuenta dejamos de ser, quemamos las naves al final de día, para despertar cada amanecer renaciendo de aquellas cenizas.
Así se abre un nuevo capítulo de nuestra vida, una ventana que nos permite observar el amplio espectro de posibilidades. Hacer una buena elección depende de nosotros, de nuestra preparación, de nuestra carga emotiva, de la fuerza, las ganas y la actitud positiva que seamos capaces de desplegar ante semejante espectáculo. Elegir la senda a emprender cada día, es la primera gran decisión que debemos asumir, solo nosotros y el cargamento que llevamos encima seremos los responsables.
Por ello, es importante procesar todo lo que nos vamos encontrando en el camino en el momento, aprovechar lo que nos resulte de utilidad y dejar todo lo que no vamos a usar para alguien que lo pueda necesitar. De ahí, mi insistencia cotidiana, de ahí éste pregón que les dejo cada jornada, cuanto más ligeros de equipaje, más energía destinaremos a disfrutar y gozar del camino.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, con lo mínimo imprescindible a mis espaldas, disfrutando lo que observo, lo que siento y lo que voy dejando a mi paso.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! A gozar el fin de semana!!!!!
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