Muy buenos días, de aquellas cenizas del anochecer, éstas brasas que arden al despertar y encienden una vez más el proceso vital, un círculo virtuoso para aprovechar, esencia de la transformación personal. De este modo comenzamos la jornada por aquí, esbozando una sonrisa de algarabía y sorpresa ante ese espectáculo natural y estimulante. Y desde ahí, en esa variada paleta de colores, comienzo a trazar las líneas maestras de mi senda cotidiana.
Comienza nuestro camino diario, en esas primeras actividades imprescindibles para aguantar la intensidad de las tareas. Compartir el desayuno con mi esposa para salir juntos al camino, a encarar lo que nos depare el trayecto. Así, iniciamos nuestras actividades, poniéndonos manos a la obra con fuerza, ganas y actitud positiva. Y todo ello debemos hacerlo además agregándole ese extra, que significa generar y compartir alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Sentimientos y emociones positivas, que forman parte de la esencia de la transformación personal, en la que nos embarcamos cada despertar. En esa alquimia que se produce durante nuestro sueño, reorganizando los elementos básicos obtenidos de nuestras cenizas, se logra la gran transformación, la transmutación en un nuevo ser, en otra forma de ver las cosas. Luego, en nosotros está la decisión de plasmar todo ello en acciones concretas, en el desarrollo de nuevas capacidades, en compartir lo aprendido y su proceso.
En eso estoy, cada despertar renuevo mis ganas de vivir, de amar y disfrutar lo que me rodea, redoblo el esfuerzo para hacer aflorar todos esos afectos y emociones positivas. Me esmero cada vez más al momento de comunicar esos sentimientos y el modo de generarlos. Y parte de toda esa transformación es lo que comparto en éste pregón cotidiano, que parece siempre igual, pero creo, se notan las novedades cotidianas. Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, navegando según lo requiera el sendero, a toda vela cuando los vientos son propicios, con algún rizo si hace falta, o simplemente poniéndonos a la capa cuando arrecia el temporal. Y siempre disfrutando el camino, sin miedo, asumiendo los riesgos que implica vivir.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!!
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