Esa pesada carga, ese lastre que debemos descargar, nos consume energía y plantea la necesidad de un esfuerzo, que podríamos destinar a otras actividades mas edificantes y provechosas. Por eso, detenernos en el camino, descansar, relajarnos, respirar hondo y sacudirnos esa carga indeseada, es fundamental. Son cosas que se van notando y especialmente en nuestro corazón. Es, cuando comenzamos a perder la capacidad de hacer aflorar nuestros afectos y emociones positivas. Es, cuando no podemos generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Es, cuando no somos capaces de compartir, cuando nos quedamos atascados con la mirada fija en el vacío, cuando dejamos de percibir a quienes nos rodean, cuando nos cerramos y no aceptamos la ayuda de quienes nos quieren de verdad. Por todo eso, para ser capaces de aceptar la ayuda, para poder volver al camino ligeros de equipaje, para poder ser ese ejemplo de liderazgo positivo, tenemos que incorporar momentos de higiene mental.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, haciendo este ejercicio de limpieza mental, espiritual y física, para seguir adelante, para sostener firme el timón de mi vida por la senda buena.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! A recuperar energía para seguir!!!!
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