Muy buenos días, y el mundo sigue su curso, nada ni nadie puede detenerlo, aunque en determinadas situaciones, nos gustaría parar y repartir el juego de nuevo, pero es imposible, solo tenemos billete de ida. Es un trayecto único, en el que a cada paso suceden cosas, unas agradables, otras no. Entre unas y otras vamos haciendo el esfuerzo para disfrutar lo que va quedando. Es una tarea ardua, dura, que nos exige hasta la extenuación. Algo a lo que no podemos renunciar, algo a lo que tenemos que ponernos manos a la obra con fuerza, ganas y actitud positiva.
Nacemos, crecemos y desaparecemos, alguno de esos procesos si somos afortunados, implican la participación de personas que nos quieren. En especial el nacimiento y buena parte del crecimiento, luego, dependerá de múltiples aspectos. Particularmente será determinante nuestra actitud hacia nosotros mismos y hacia quienes nos rodean. Nuestra capacidad para elegir nuestro entorno cercano, para compartir valores que estimulen la convivencia y armonía. Pero en especial resalto nuestra fuerza para generar y compartir alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza con ese entorno cercano.
Esa capacidad innata que todos tenemos, pero que no todos desarrollamos de buena forma, es la que determina en parte hasta dónde seremos capaces de mantener ese vínculo afectivo y emocional con nuestro entorno cercano. Lo cual no significa que debemos estar siempre acompañados, todos de una forma u otra, necesitamos tener momentos de soledad. Tiempos para reflexionar y evaluar nuestro proceso evolutivo personal, para ver por dónde debemos continuar nuestro camino y de que forma.
Son esos momentos de balance, que también suelen coincidir con eventos que nos sacuden. Alegrías y desgracias por lo general nos ponen a pensar, nos cambian el punto de vista. Y casi siempre llevamos una dosis de unas y otras, en un balance natural que nos impulsa a tomar decisiones vitales. Son encrucijadas en las que nos planteamos cambios importantes, luego viene la otra parte, seleccionar le cómo lo hago y hacerlo.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, sosteniendo ese balance positivo en base al esfuerzo cotidiano, al duro trabajo personal, apoyado en los afectos y emociones positivas que me ayudan a generar quienes me rodean. Con todos ellos comparto la algarabía, la felicidad y la esperanza que soy capaz de hacer aflorar desde lo más profundo de mi ser.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!!
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