Muy buenas tardes, al rebelarnos para volver a fluir, al dejar de lamernos las heridas, de lamentarnos por nuestras cuitas, comenzamos a sentir, que hacemos la diferencia, en especial, al crear regocijo en soledad. Esa es la auténtica rebeldía, la que nos pone en condiciones de ser, de sentir, de compartir nuestra vida y lo que somos capaces de crear y desarrollar. La que nos permite ponernos manos a la obra en todas esas tareas imprescindibles, para transitar el camino dignamente.
Somos seres sociales, casi todos, necesitamos pertenecer a un grupo, ser parte de algo mayor, eso nos hace sentir un poco más protegidos. Nos ayuda a mitigar el miedo que implica ese sentimiento de soledad que todos albergamos y que en algún momento surge con fuerza demoledora. Por lo cual, nadie está libre de sufrirla y por eso, es vital desarrollar esas capacidades que llevamos incorporadas, que nos permiten alejar sus efectos nocivos. Aprender a encender el motor interno que activa el generador de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza, nos permite vivir.
Y al compartir todas esas sensaciones, sentimientos y emociones positivas con quienes nos rodean, creamos ese clima agradable, amable, armónico, que nos aleja del pesar y la melancolía por las ausencias y las perdidas. Que a su vez se compensan al integrarnos en una comunidad, esas tribus donde encontramos seres con vivencias e intereses similares a los nuestros y donde nos nutrimos de nuevas experiencias mientras seguimos desarrollando nuestra singularidad. Algo cada vez más trascendente en éste mundo frenético, donde todo parece alejarnos, para encontrar el sustento y se hace importante crear regocijo en soledad.
Algo que nuestros ancestros nómadas también hacían, saltaban de un sitio a otro en busca del sustento y con ello, también mantenían el regocijo y el balance natural. Hoy no podemos decir lo mismo en éste sentido, de todos modos, vamos tomando conciencia de la importancia de ese balance en la medida que nos afecta de pleno. Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo mis divagues sobre la vida y sus vericuetos, en éste pregón cotidiano que suelto a los cuatro vientos.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! A vivir a tope!!!!!
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