Es un espacio para compartir mi visión de la Felicidad y sus vínculos con todos los aspectos de la vida, el hogar, el amor, los afectos, el trabajo, la sociedad, la política, la educación, la economía, la ciencia, la empresa y más.
La Felicidad es una tarea individual y colectiva, requiere un esfuerzo constante de todos nosotros, se relaciona e influye en todo, es un elemento vital para tener un mundo mejor.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Un vino restaura el alma

Muy buenas tardes, y en una de esas, nos relajamos tomando un vino con los amigos, disfrutando uno de esos maravillosos elixires con los que Dioniso nos bendijo desde la vieja Grecia, un vino restaura el alma. Y luego le siguió Baco, ese dios romano con quienes las vides llegaron a éstas tierras prometedoras. Entre otros puntos las sembraron por la rivera Sacra en Galicia, a donde llegaron buscando oro. Transcurrido el tiempo, se llevaron algo de oro, pero dejaron esos frutos mágicos.

De esos frutos, en un proceso de transmutación ancestral, surgen esos elixires áuricos. Que poco a poco, con el avance tecnológico fue variando su aspecto y parámetros organolépticos. También han ido cambiando los cuidados, aunque algunas cosas no han cambiado mucho desde aquellos primeros cultivos romanos. Las cepas siguen en sus lugares originales y en algunos casos el trabajo se hace casi del mismo modo. Y ahí, donde la viticultura heroica hace honor a aquellas primeras cepas romanas. Siento aflorar la alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza de aquellos pioneros.

Ver y admirar esos escarpados lugares a lo largo del río Sil, cubiertos de vides, ya sin uvas por la vendimia reciente, genera todos esos sentimientos y emociones positivas. Entre otras cosas, por lo que significa cuidar y cosechar esos viñedos. En particular, el de la foto, para acceder a ese sitio, solo es posible hacerlo desde el río. Aunque no es la única particularidad, las cepas en esos bancales graníticos, hace que quienes trabajan allí, constantemente arriesguen su integridad física, pero lo hacen con una motivación y un claro objetivo. 

Ese riesgo, que es inherente a todo emprendimiento, requiere de todo nuestro esfuerzo, nuestras ganas y actitud positiva, para poder ponernos manos a la obra en todas las tareas que encaramos cada jornada. De esa pujanza, de esa enérgica actividad cotidiana que todos los emprendedores hacemos gala, se obtienen múltiples resultados. Muchos errores y frustraciones, pero también algunas mieles y gustosos elixires de dioses con los que nosotros, simples mortales, podemos deleitarnos.

Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, deleitándome con mis emprendimientos cotidianos, compartiendo los elixires que se van destilando a lo largo del trayecto, en esa transmutación constante. Disfruto de ese modo de los errores que cometo, de las mieles que obtengo y que comparto en éste pregón cotidiano. Y siempre, un vino restaura el alma!!!!

A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!

Les mando un abrazo!!!!!

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