Todo comienzo implica un final. Algunas veces, cuesta dejar atrás ciertas cosas. Para seguir adelante, es necesario soltar lastre. Con exceso de equipaje se disfruta menos del camino. Y asumirlo, es abrir la puerta y reiniciar el proceso. El año que estamos finalizando, nos cargó con muchas cosas pesadas, que no debemos mantener en nuestras mochilas. Aprovechemos éstos últimos días, para liberarnos, para hacer esa necesaria limpieza, que nos permita abrir la puerta de par en par. Y así, recomenzar la tarea de siembra.
En muchos aspectos, éste período de nuestra vida, viene siendo algo incierto. Desde hace varios meses, estamos viviendo en la incertidumbre, la histeria colectiva y el miedo constante a ser contagiados. Así como también, a la pérdida de seres queridos. Si bien, eso es algo que sucede de todos modos, con o sin pandemia. Nadie tiene nada asegurado y menos la vida. Todos los días, estamos expuestos y somos candidatos a caer en esas desgraciadas redes. Por eso, no hay que agobiarse y es decisivo, asumir la vida con alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
No conozco otra forma de abrir la puerta y reiniciar el proceso. Solo, se combaten esos flagelos que nos atenazan, en base a los afectos y emociones positivas que cada persona hace aflorar desde lo más profundo de su ser. Eso es lo único que debemos mantener como parte fundamental de nuestro equipaje cotidiano. Y es imprescindible cuidarlo, mimarlo y compartirlo con quienes nos rodean. De ese modo, estaremos sembrando sentimientos y emociones positivas a nuestro paso. Nunca estaremos seguros de los resultados, es lo que tiene ser un cultivador de inteligencia emocional.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, sembrando afectos y emociones positivas, que alguien podrá cosechar algún día. Abrigando la esperanza de poder compartir esos frutos con quienes me rodean.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! Les deseo una buena noche!!!!
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