Cuando parece que todo se nubla. Nos sentimos incapaces de hacer algo. Simplemente, nuestra mente se queda en blanco para aclarar. Es, que estamos de limpieza, que pasamos página. Y comenzamos otro capítulo. Es así de simple, aunque en el fondo seguramente resulta un poco más complejo. De todos modos, cuando nos sucede, no tenemos que bajar los brazos y caer en la frustración. Simplemente, aceptar la situación y comenzar de cero. Cada tanto, debemos dejar que ese caudaloso río interior, se desborde. Y anegue todo a su paso. Luego, esa resaca de ideas y pensamientos será campo fértil para seguir creando.
Es fundamental no rendirse ante esos sucesos. Resulta imprescindible aprender a capear esa desbocada y caudalosa riada. Mantenernos a flote, asirnos a un salvavidas que nos preserve de esa locura, es la principal tarea en esos instantes. E independientemente de la zozobra inicial, es fundamental sostener la calma, desde la cual dejar a un lado la frustración y el bajón. Y dejar encendido el generador interior de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza. Único respaldo real para soportar toda esa presión y continuar.
Así, debemos seguir contando el cuento, escribiendo los nuevos renglones de nuestra historia. Sin detenernos, pues esa riada, solo nos mueve un poco de lugar. Lo demás sigue en su sitio. Nosotros, cambiamos el punto de vista, la perspectiva y con eso comenzamos otro capítulo. A pesar de esos sucesos espontáneos que todos sufrimos. Y mientras se marquen los signos vitales, seguimos en condiciones de continuar escribiendo y compartiendo los nuevos capítulos de nuestra historia.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, capeando cuanto temporal se presenta y compartiendo lo que surge a lo largo del trayecto. Dejando constancia en cada pregón cotidiano que suelto a los cuatro vientos.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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