Hermoso y frío día de invierno, fuegos encendidos, chimeneas humeantes, llamas vivaces y calor de hogar. Son esos elementos rescatables, de un año complejo. Que a pesar de las sentidas pérdidas, permite recuperar lo valioso. Sin dudas, estamos finalizando un año de esos que quedará en la historia de la humanidad por la pandemia. Aunque también por otros aspectos, entre ellos, descubrir que no ostentamos ningún atributo divino, como pensábamos. Que seguimos siendo frágiles e interdependientes. Que la vida es efímera y debemos disfrutarla sin más.
Aprendimos esas cosas importantes. Y además, que los aparatos modernos son útiles, pero nada puede sustituir un abrazo fraterno. Ni nada puede compararse, con lo que significa besar a tus seres queridos, o estrechar la mano tendida, para ayudar a alguien caído. Pero también nos dimos cuenta, que en la angustia e incertidumbre provocada por la soledad del aislamiento, era posible elegir algo más. Como, generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza para nosotros y para compartir.
Ese algo más, esos elementos intangibles, que solo nosotros somos capaces de crear, que no nos cuestan más que el esfuerzo, las ganas y la actitud positiva para ponernos manos a la obra. Son los afectos y emociones positivas que hacemos aflorar desde lo más profundo de nuestro ser. Eso es recuperar lo valioso, eso es de las cosas importantes que hemos aprendido y rescatado del olvido. Descubrimos un nuevo camino, por el cual todo funciona de otro modo. Donde las cosas vitales, solo dependen de nosotros mismos y de nuestra capacidad para hacerlas surgir.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, teniendo claro que es lo más valioso y lo mejor que puedo compartir con quienes me rodean.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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