Las incesantes tareas cotidianas. Esas, que conforman el núcleo duro de nuestras tareas vitales. Cazar, recolectar, preparar, comer y abrigarnos. En ello estamos abocados desde nuestros ancestros sapiens. La base de la supervivencia, esfuerzo, ilusión y amor. Seguir adelante, significa cambiar continuamente. Ir hacia aquello, que todos buscamos. Satisfacer nuestras necesidades básicas y asegurar un flujo constante de esos elementos para nosotros y quienes nos rodean.
Por ahí surgen todos nuestros desvelos. En ellos se basan nuestros problemas y complicaciones. Todo es por encontrar esa fuente de recursos imprescindibles para sustentarnos. Eso de alguna forma es lo que nos mueve. Por eso en parte salimos al camino cada día. Es el gran misterio de la vida, es la búsqueda constante, que no se queda solo en esos alimentos básicos para el cuerpo. Una pesquisa que incluye otros aspectos también básicos para todos nosotros. Los que alimentan el alma, los que nos sostienen y crean alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
De esa conjunción de lo físico y lo espiritual, brotan nuestros afectos y emociones positivas. Las que sostienen los hilos que mueven todo lo demás. Los que nos ponen manos a la obra con fuerza, ganas y actitud positiva. De esa disposición, desde esa motivación permanente afloran esas sensaciones y sentimientos que forman parte de nuestra vida, de nuestras relaciones interpersonales. Son los comandos que mueven el mundo, por más que lo pretendan ocultar.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo con quienes me rodean, esos comandos, esos interruptores que nos ponen en movimiento, con esfuerzo, ilusión y amor. Al mismo tiempo que a todo lo que tenemos alrededor.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!!! Les deseo una buena noche!!!!!!
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