Vacunas, esperanza y miedo, palabras, instaladas en nuestro vocabulario desde el principio de la pandemia. Por una parte, el miedo a enfermar y a morir. Por otro, la esperanza que brinda la vacuna y el miedo a los efectos secundarios. Así, el miedo se instaló en todos nosotros desde que todo esto comenzó, las noticias que desbordaban los informativos y las redes sociales. Muchas de ellas, de mala calidad o simplemente falsas, circulaban y se hacían carne en al público en general. Cada persona, después de unos días, se transformó en base a todos esos datos, en "experimentadas" autoridades en la materia.
Por otra parte, se hablaba ya desde el comienzo de la esperanza que generaban los desarrollos de vacunas, que se llevaban a cabo en diferentes países y empresas. Se desató una carrera por lograr la primera vacuna para éste nuevo mal. Qué, por otra parte, creó cierta desconfianza motivada por el rápido desarrollo y puesta en el mercado. Además, nunca como en éste caso, los efectos secundarios pasaron a un primer plano de forma tan veloz. Y otra vez miedo, desconfianza, duda. La duda, el miedo, están ahí hasta con la alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Es imposible estar constantemente seguro, más allá de contar con esos afectos y emociones positivas de horma regular, no significa que eso nos mantenga a salvo de nada. Simplemente, nos ayuda a sostenernos dentro de determinados parámetros vitales adecuados, para seguir adelante. Vacunas, esperanza y miedo, son factores que están ahí, forman parte de la nueva etapa y aquí vuelvo a insistir sobre la importancia de la confianza. Sí, esa que hemos perdido en base a la falta de información veraz, fundamentalmente por parte de las autoridades competentes. Recuperar la credibilidad y el respeto de la gente es una dura tarea, que solo puede ser realizada en base a un accionar ejemplar.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, sosteniendo mi accionar dentro de esos parámetros ejemplares que emito en éste pregón cotidiano. Admito que no es fácil y que muchas veces peco de forma involuntaria.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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