Vacunarse o no vacunarse, el miedo está invadiendo todos los terrenos. Siempre la misma lucha inútil, los buenos y los malos. Y nos olvidamos de lo importante, las personas, sus afectos y emociones. Aspectos poco valorados, con nocivos efectos secundarios. En cuanto a la primera disyuntiva, yo me vacunaré cuando me corresponda, independientemente de esa lucha que no conduce a nada. Es un viejo juego, que surge de las diferencias de opinión y las rivalidades de todo tipo, desde las personales, hasta las de índole político religioso. Quienes manejan información histórica, seguramente podrán ampliar con mayor precisión sobre ello.
Y en el fragor de esa lucha sin sentido, nadie presta atención a lo que significa toda esa información sin depurar de una parte y de otra, volcada en las redes sociales, o en manos poco profesionales. Sumado todo ello, a la incompetencia que han demostrado las autoridades a nivel mundial. En ese contexto, es normal, que quienes no tenemos conocimientos, viendo el caos desatado en todos los aspectos, nos sintamos agobiados y desamparados. Una situación, que nos socava desde el punto de vista afectivo y emocional, algo que implica un serio riesgo para nuestra salud. Por lo cual insisto con mi pregón cotidiano, generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Aquí, es donde más nos estamos equivocando, es vital dejar de lado las discusiones estériles, el gran público, quiere información, sí, pero de calidad y especialmente necesita algo a lo que aferrarse. Requiere un margen mínimo de certidumbre, de confianza, de datos que estimulen las sensaciones y sentimientos positivos. Vacunarse o no vacunarse, si bien es algo importante, no es la cuestión de fondo, la cosa es tener la sensación de que estamos en el camino correcto. A eso contribuyen todos aquellos que tienen responsabilidades de gobierno, quienes forman parte aparato político en general y los médicos, ponerse de acuerdo antes de salir a dar discursos y hacer arengas que solo aportan miedo.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo mi discurso, que cada día cobra mayor importancia. Esto de motivar para que cada persona sea su principal fuente de algarabía y felicidad, está más vigente cada día.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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