Es un espacio para compartir mi visión de la Felicidad y sus vínculos con todos los aspectos de la vida, el hogar, el amor, los afectos, el trabajo, la sociedad, la política, la educación, la economía, la ciencia, la empresa y más.
La Felicidad es una tarea individual y colectiva, requiere un esfuerzo constante de todos nosotros, se relaciona e influye en todo, es un elemento vital para tener un mundo mejor.

miércoles, 29 de julio de 2020

A los docentes con mayúsculas




Muy buenos días, aquellos contrastes, fruto de nuestro trabajo, de esa lucha cotidiana por sobrevivir dignamente, tiene su fuente e inspiración y es de estar agradecidos, a los docentes con mayúsculas. Y no me refiero solamente a nuestros padres, o a las esforzadas personas que nos enseñaron las materias curriculares y valores en primaria y secundaria. Algunas de ellas dejaron seguramente una huella indeleble en muchos de nosotros, me refiero también a aquellas personas que dejaron mucho más que eso. En muchos de esos casos, ni siquiera pudieron terminar la escuela, la vida los condujo por otras sendas. Ellas han influido en nosotros por aspectos tan diversos, desde el aprendizaje de un oficio, hasta en la forma de hacer un asado.
Personalidades que nos mostraron la forma práctica de aplicar los valores a medida que se avanza por el camino. Nos dieron las pautas básicas para superar los escollos de la vida real, aprendidas en ese ejercicio diario y en el esfuerzo cotidiano. Esos empíricos, que poniéndose manos a la obra con fuerza, ganas y actitud positiva, adquirieron esos conocimientos imprescindibles para la vida. Es gente que se entrega en el aprendizaje de sus destrezas, oficios que le permitan vivir y sustentar dignamente a su familia y que por ese solo hecho, mima y ama su trabajo como a la vida misma. De ellas es posible aprender a generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza con lo elemental.
A ese grupo reducido de seres amables y generosos, a los docentes con mayúsculas, debemos estar eternamente agradecidos. Y al mismo tiempo, debemos rendir tributo, haciendo que sus enseñanzas no queden ahí, debemos hacer que esos valores fundamentales, esos oficios, esas destrezas prácticas, sociales, afectivas y emocionales, puedan propagarse y se hagan públicas. Para ello, cada ser bendecido con todo ese caudal de enseñanzas, debe proponerse al menos compartirlas con su entorno cercano. Es el mejor premio, el mayor honor para quienes nos enseñaron. 
Y así voy yendo, compartiendo en mi pregón cotidiano todo lo aprendido, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz y disfrutando el camino con sus altos y sus bajos. De todo se aprende algo y siempre hay detalles que nos sorprenden, que nos aportan otra forma de ver las cosas. Preservemos los valores fundamentales, esos que hacen a la esencia de nuestra sociedad y al respeto mutuo.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!!




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