Ahí, es donde debemos insistir, donde es vital trabajar duramente. Desarrollar nuestras capacidades para asumir con decisión y vigor sobrenatural nuestro destino. Que no implica riquezas ni grandes posesiones. Simplemente trazar el rumbo que nos conduzca cada día hacia ese objetivo claro y preciso. Se trata de sobrevivir, de llegar al final de la jornada con la satisfacción de haber dado nuestro mejor esfuerzo. Demostrando que es posible generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor, esperanza y fantasía más allá de los obstáculos.
Ese es el gran secreto, el gran misterio y la gran motivación vital. Ser capaces de sobrevivir conscientes de nuestro destino y a pesar de ello, hacer aflorar nuestros afectos y emociones positivas a cada oportunidad. Así, demostramos que siempre somos nosotros quienes tenemos las claves que activan y ponen en funcionamiento nuestros mecanismos vitales. Qué, desde esa aparente simplicidad, desata el caudal emocional motivador y generador de ese fluido que actúa como sostén de la vida. La felicidad, que claramente no alcanza, pero que resulta fundamental en la obtención de todo lo demás.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo el trayecto con mi entorno cercano. Una senda de ida y vuelta, donde cada peregrino hace su propio camino, basado en sus capacidades y talentos. Conociendo los límites de su libertad y asumiendo que al compartir sus logros y experiencias, deja un ejemplo de vida.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!