El trayecto vital es un constante cambio de escenario, de roles, de tareas. Y ahí estamos haciendo lo que nos toca, creando, actuando, protagonizando y observando. Desempeñando todas esas facetas. Desarrollando, el arte de vivir. Un compendio de habilidades, talentos, dones y capacidades especiales, de las que todos nosotros tenemos algunas. Y que no siempre somos conscientes de ello, solo las descubrimos ante situaciones límite.
Y lo interesante, es descubrirlas antes, entre otros aspectos para desarrollarlas y mejorarlas, pero también para utilizarlas en nuestra vida cotidiana. De ese modo, estaremos tomando consciencia clara de nuestras posibilidades, al tiempo que mejoramos nuestra calidad de vida y la de quienes nos rodean. Detectar esas habilidades, es algo que nos obliga a estar atentos, a ser curiosos, a no pasar ningún detalle por alto. Solo así, estaremos en condiciones de percibirlas y aprender a manejarlas para nuestro beneficio. Así generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza, será mas fácil.
De esta forma, con los afectos y emociones positivas que seamos capaces de crear de forma natural, e independientemente de los dones ocultos. Podremos ampliar la capacidad de percepción y darnos cuenta de detalles que de otro modo no veríamos. Así, vamos desarrollando, el arte de vivir, una transformación, un descubrimiento constante de nosotros mismos, mientras interactuamos con todo lo que nos rodea. Por ello, es vital compartir nuestras sensaciones y sentimientos positivos. Es el verdadero maná celestial, el alimento esencial de nuestra alma.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo todos mis afectos y emociones positivas, que dejo librados a los cuatro vientos.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena noche!!!!!
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