El ser es importante, sin olvidarnos del entorno afectivo donde nos desarrollamos. Ese entramado, esa red sensible y emotiva que tejemos a lo largo de la vida. Y desde la cual nos lanzamos, para encontrar nuestra esencia. En esa búsqueda continua, que no tiene mayor misterio. Tiene que ver con estar dispuestos, a abrir nuestra mente y nuestra alma. Es estar atentos a todo lo que surja a lo largo del camino. Es captar esos pequeños detalles que destacan. Observar, escuchar e interpretar adecuadamente todos esos mensajes, información que todos percibimos, pero que solo algunos están en condiciones de comprender.
Es muy claro, que en nuestra singularidad, cada ser capta aquello que se adapta perfectamente a sus gustos y necesidades personales. Tendremos gustos o aficiones similares, coincidiremos en diferentes aspectos y formas de recorrer el camino. Aunque de todos modos, para cada peregrino, su camino tiene un significado y un contenido que nadie más puede captar y entender. Y seguro, las coincidencias están en la alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza que genera en quienes cada día hacemos el recorrido.
Nosotros, los seres, no existimos si no es en función de nuestros afectos y emociones positivas. Por ahí, es donde tenemos que orientar la búsqueda para encontrar nuestra esencia. Está bien, las obras también pueden tener su importancia. Pero solo si aportan algo, sí ayudan a compartir y motivar hacia esas sensaciones y sentimientos a nivel colectivo. Por lo demás, lo importante, lo trascendente y realmente digno de compartir, es ese entramado, esa red sensible y emotiva que nos une.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo y tejiendo parte de esa red. Una trama en la que aporto ese hilo conductor de afectos y emociones positivas que hago aflorar desde lo más profundo de mi ser.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! Les deseo una buena noche!!!!!
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