Así como encendernos el fuego para cocinar, o calentar nuestro hogar. Del mismo modo y con el mismo cuidado, se puede poner a funcionar lo que sea necesario. Uno de esos comandos a conocer y aprender a activar es, el de encender la felicidad. Algo que todos en algún momento hacemos de forma automática, sin percibir el modo exacto. Sabemos que determinadas cosas, eventos y situaciones especiales, nos encienden y nos motivan a exteriorizar esa agradable sensación. Al igual, que cuando otras cosas y situaciones, nos mueven a mostrar nuestro lado mas agrio y beligerante.
En general, se acepta que son cosas imposibles de controlar, que tienen relación con nuestro temperamento, con nuestra forma de ser. En fin, y así es, hasta que somos capaces de descubrir cuales son los elementos detonantes, cuales son los comandos precisos que nos llevan a esos estados de animo. Así, debemos prestar atención a esos detalles que nos llevan a esa explosión emotiva hacia uno u otro lado del espectro. A partir del instante en que detectamos ese factor, esa chispa, es cuando podemos comenzar el camino de control y dominio de esos mecanismos personales. Es difícil un dominio total, solo con generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza, nos alcanza.
Eso y controlar los eventuales arranques donde se desata nuestra bestia interior. Esa misma, que también está vinculada a esos mismos mecanismos y comandos generadores de afectos y emociones positivas. Que, de por sí, ya ayudan a aplacar y dejar de lado la vertiente más negativa que todos tenemos. Lograr ese control, ese dominio. Y, poder encender la felicidad cuando nos hace falta, especialmente para compartirla con quienes nos rodean, es el máximo de la transformación personal.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo mis procesos de transformación personal, dejando que fluyan y pregonando los pensamientos y el aprendizaje cotidiano.
A disfrutar el día!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena tarde!!!!!
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