Hay quienes dicen que no es sano pensar
siempre positivamente, como si no fuera sano ser feliz. No estoy muy
seguro de a qué le llaman “pensar siempre positivamente”, pero
desde mi ignorancia, me permito discrepar con esas personas,
aparentemente más instruidas y expertas que yo.
Mi visión, es que cada uno tiene su realidad, sus problemas y complicaciones diarias, sumadas a los que normalmente la vida nos pone por sorpresa y sin anestesia. Vivir es una cuestión azarosa, que no sabemos por donde nos podrá llevar, en nosotros está poder transitar por la senda de la felicidad.
Por lo tanto, nosotros somos responsables de hacer nuestro camino, superando todos los obstáculos que diariamente se presentan, intentando hacerlo de la mejor manera posible. Todo ello con alegría, ilusión, optimismo, buena onda, dulzura y todo aquello positivo que le podamos agregar.
Me parece que nunca se es suficientemente positivo, tampoco es posible serlo todo el tiempo, naturalmente fluctuamos entre un extremo y otro. Para acercarnos todo lo posible a una media diaria aceptable de felicidad, debemos aplicar todo el tiempo que nos sea posible, un pensamiento y una actitud positivas.
Al mismo tiempo, aquellos que nos
encontremos en condiciones de ayudar, de estimular, de motivar, a los
demás, para lograr la felicidad, debemos hacerlo, pues siempre hay
personas que necesitan de ese apoyo, de ese aliento para poder
levantarse y continuar su camino. Para ello es necesario mantener un
pensamiento y una actitud positiva siempre.
La foto, es bajando de Santa Comba a Muros por el monte.
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