El vino nos acompaña desde tiempos
inmemoriales, es el elixir divino por excelencia, que tanto ha
alimentado, relajado y ayudado a la salud de la humanidad. Entre
otras propiedades tiene la virtud de aglutinar y hacer sociables a
las personas, que con una copa de vino, un fuego y poco más, pueden
estar horas conversando y pasando momentos agradables, de alegría y
felicidad.
Esa camaradería, complicidad, amistad
y felicidad entorno a una copa de vino, es algo insuperable, pues
cuando se chocan las copas en un brindis, se confirma una fraternidad
cuasi divina.
Qué agradecidos debemos estar a
Dioniso (Baco), y sus esforzados colaboradores los bodegueros, por la
alegría, algarabía y felicidad que nos producen esos maravillosos y
mágicos elixires.
Visitando y degustando otros vinos de Lanzarote, en éste caso se trata de la Bodega Rubicón. Otros caldos muy interesantes, provenientes de uvas cultivadas de forma peculiar, de muy bajo rendimiento por hectárea, pero con unas características excepcionales!!!!!!!!!!
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