Se preguntarán como encajan estas dos
palabras, estas dos situaciones que parecen antagónicas, o reñidas
entre sí. Pero en realidad, son dos situaciones que tienen mucho en
común, pues ser pobre no incapacita a nadie para ser feliz, es más
en algunos casos, la situación de pobreza, puede ser un factor que
haga valorar mucho más la felicidad de los pequeños logros, las
pequeñas cosas.
Según las ciencias económicas,
alguien es pobre si no llega a una renta per capita determinada por
un promedio fundamentalmente de riqueza material de cada país. Desde
hace algún tiempo, comienza a hablarse de aquel término acuñado
por el rey de Butan hace ya más de 40 años, la FIB ( felicidad
interna bruta). Yo desde que comencé en este tema, pensaba que
estaba siendo original y le llamé factor F, evidentemente y por
fortuna, como casi siempre sucede, alguien se me adelantó.
La felicidad, no pasa solamente por los
aspectos materiales, es una combinación de factores que van desde
tener las necesidades básicas satisfechas (alimento, salud,
vivienda, educación), sentirse bien desde el punto de vista
afectivo, espiritual, familiar. Así como lo que implican los
pequeños logros personales y colectivos que se van obteniendo en
cada uno de esos campos a lo largo de la jornada.
Por tanto, la felicidad depende más de
nuestra voluntad, de nuestra actitud frente a la vida, de disfrutar
de esos pequeños éxitos, de esas cosas simples que nos van
sucediendo, que de lo material. Aunque la plata también
ayuda!!!!!!!!!!
La foto, es desde O Cebreiro.
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