Es un espacio para compartir mi visión de la Felicidad y sus vínculos con todos los aspectos de la vida, el hogar, el amor, los afectos, el trabajo, la sociedad, la política, la educación, la economía, la ciencia, la empresa y más.
La Felicidad es una tarea individual y colectiva, requiere un esfuerzo constante de todos nosotros, se relaciona e influye en todo, es un elemento vital para tener un mundo mejor.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Nuestro renacer cotidiano


 Cada jornada, experimentamos cambios. Son parte de la transformación constante a la que estamos sometidos. Desde los sueños y las más íntimas aspiraciones, hasta lo aprendido cada día. Todo eso, forma parte de nuestro renacer cotidiano. En esos procesos, somos protagonistas de los nuestros y testigos de los cambios que experimentan quienes nos rodean. Y nos sorprendemos con los resultados. Sin importar su carácter, tanto los aciertos como los errores, aportan algo positivo. Y todos nos conducen por esa senda de transformación constante, con altos y bajos hacia el destino común.

Y todos esos cambios, que se van produciendo paralelamente a los de quienes tenemos alrededor, muchas veces se tocan unos con otros. De esa interacción, surgen situaciones límite, ideas, proyectos, emprendimientos que cuajan en empresas increíbles. En ese movimiento perpetuo, hay cosas que van caducando, otras floreciendo y así sucesivamente. Ahí, radica la importancia de nuestro renacer cotidiano y en otros procesos que desde lo más profundo de nuestro ser, nos activan. De ese modo, tocamos los mecanismos generadores de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.

Así cerramos ese círculo virtuoso, creador de afectos y emociones positivas, que son elementos fundamentales para la inspiración y los sueños. Con lo que el sistema se retroalimenta, se recarga de energía positiva para continuar indefinidamente. Por tanto, todo radica en nuestra fuerza, ganas y actitud positiva para ponernos manos a la obra, al servicio de nuestras más íntimas aspiraciones y sueños. En nosotros tenemos todo lo necesario para ese renacer cotidiano. Somos el principio y el fin, que solo llegará cuando tomemos la decisión de no volver a tocar los comandos que activan nuestro motor interior.

Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, decidiendo forzar mi renacer cotidiano con una sonrisa. Es un esfuerzo constante por asumir la responsabilidad y el desafío de aprovechar cada oportunidad. Para hacer las cosas cada vez mejor y compartir esa sensación de bienestar que se genera al intentarlo. 

A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!! Les deseo una buena noche!!!!!

Un abrazo!!!!



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