Comenzar la mañana con una sonrisa, de esas que salen del alma, nos permite salir al camino con fuerza, ganas y actitud positiva. Así, estaremos en condiciones de llevar a cabo, los más íntimos proyectos. Los que elaboramos en base a las visiones y fantasías de ensueño. Manos a la obra, se puede. Somos los artífices de nuestra vida y todo lo que construimos alrededor. Por más, que muchas de esas cosas solo nos aportan algo que engordan nuestro ego.
Y así es, que hacemos una cantidad de tareas, con el único objetivo de hacernos sentir importantes. Dar una imagen de superioridad y poderío que en el fondo no tenemos. Lo cierto es que todos esos adornos que nos ponemos, resultan inútiles y aportan muy poco a lo que realmente importa. La frivolidad con la que se manejan esos temas, hace que se considere a alguien como una persona exitosa, solo por lograr un negocio bueno. Esa imagen de éxito, que fue algo pasado, marca su vida de esa forma. Aunque por otra parte, lo aleja de lo más trascendente para la vida de verdad. Se pierden las referencias reales de lo que es alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Se sustituyen los afectos y emociones positivas por otras sensaciones más superfluas a las que les pretenden dar el mismo carácter. Así, se confunden unas cosas con otras y se fraguan los autoengaños que de alguna forma todos nos vamos haciendo por el camino. Esos, son los que van pesando en esa mochila que cargamos y que poco a poco nos hace más lentos y predecibles. Cargas, que también terminan gestando gran parte de nuestros miedos y fobias.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo lo que siembro y cosecho a lo largo del trayecto, con quienes me rodean. Por eso, suelto a los cuatro vientos éste pregón cotidiano, para que vuele hasta donde pueda llegar.
A disfrutar el día!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una buena noche!!!!!
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