La realidad del día a día, es lo que define nuestra felicidad, lo cotidiano, las cosas simples y nuestras acciones, son las que atestiguan la situación, y claramente, seguir es esfuerzo constante. Todo es cambio, desde el despertar, nos subimos a la vida y zarpamos a navegar mares inciertos. Un constante vértigo desenfrenado lidiando batallas, de las que solo sacamos heridas. Hasta que nos damos cuenta, y luchamos por lo que amamos, por los afectos y emociones positivas, ahí, ganamos todos.
Y en ese darse cuenta, que resulta fundamental e imprescindible a la hora de ponernos manos a la obra con fuerza, ganas y actitud positiva, está la clave de todo. Es el momento en el que comprendemos todo, donde percibimos lo que de verdad significa vivir, y compartir nuestras experiencias. Entendemos que seguir es esfuerzo constante, que nada de lo sucedido a nuestro alrededor nos es ajeno. Que cada cosa ayuda y crea alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza si lo manejamos adecuadamente.
En ese aprendizaje constante, transcurre nuestro trayecto vital. Una experiencia que se reinicio cada jornada y en esa vuelta a empezar, debemos aplicar lo aprendido. Es el modo en que funcionamos, del ensayo y el error, esa sabiduría empírica que seguimos practicando desde nuestros ancestros nómadas. Y que muchas veces parece que estamos siempre en el mismo sitio, que a pesar de todos esos esfuerzos, no hemos sacado nada en limpio.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, esforzándome constantemente por ser cada día mejor. Ejercitando el aprendizaje cotidiano, plasmándolo cada despertar en acciones concretas y compartiendo esas experiencias en mi pregón de cada día.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una hermosa tarde!!!!!
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