Muy buenos días, la tormenta, el sol, la humedad de la mañana y ese olor característico, que surge de un asador humeante, basas, asado, mate y vino, despiertan recuerdos de gratos momentos, aromas a familia y amigos. Fue en una de esas escampadas, próximo al medio día, cuando el humo de la chimenea del asador del vecino inundó el ambiente con esos olores tan agradables y sugerentes. Una llamada a los recuerdos, un revivir instantes llenos de algarabía, afectos y emociones positivas.
Tanto es así, tal es la importancia de recordar esas oportunidades, que nos hacen olvidar las peripecias y sinsabores cotidianos. Son esos baños de memoria que nos cargan las baterías para continuar y seguir disfrutando del camino a pesar de los obstáculos. De esa forma, no hay tormenta ni tempestad que nos pueda detener, que nos pueda sacar de nuestros claros objetivos de vida. Nos ponen en modo generar alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Con todos esos aromas a familia y amigos, que despiertan y hacen aflorar esos sentimientos, afectos y emociones positivas, nos podemos poner manos a la obra en cualquier actividad que nos inspire. Y hacerlo con energía, ganas y actitud positiva. Es poner todos nuestros sentidos al servicio de nuestra auto-motivación, inspiración y capacidad emprendedora. Liderando nuestra propia vida con determinación a pesar de los malos momentos.
Ejercer ese liderazgo de nuestras actividades personales, solventando las dificultades que a diario se presentan en nuestro trayecto, es el mejor ejemplo que podemos dar. Compartiendo así todo lo que somos capaces de crear y generar para llevar adelante una vida plena y saludable.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, superando y eludiendo de la mejor forma los obstáculos que me voy encontrado por el camino. Compartiendo esas experiencias en mi pregón cotidiano que suelto a los cuatro vientos.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!!
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