Salimos al camino y nos ponemos en marcha a cumplir nuestras tareas cotidianas, aunque en realidad, el que tenemos marcado a fuego en lo más profundo de nuestro ser, es la gran tarea, descubrir el sendero oculto. Cada persona, cada ser singular, tiene una tarea, un objetivo para el cual es clave. Buscar en nuestro interior, prestar atención a esos detalles que muchas veces surgen sin darnos cuenta. Esos casi imperceptibles destellos, que dejan constancia de la existencia de alguna cualidad o destreza que no estamos desarrollando.
Muchos de nosotros, nunca llegamos a descubrir el sendero oculto en nuestra alma. Unos por estar demasiado concentrados en lo cotidiano, otros por distracción o desinterés en su desarrollo personal, en fin. Lo cierto es que esa búsqueda interior, no es un tarea sencilla, ni algo que se pueda aprender en cualquier lugar. Se trata de una tarea muy personal, muy intima, en la cual debemos poner todo nuestro esfuerzo, ganas y actitud positiva. Es un trabajo introspectivo, que implica dedicarnos tiempo, para ponernos manos a la obra en la construcción de nuestro verdadero camino. Y al avanzar, generamos alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza.
Descubrir el sendero oculto, es de alguna forma, hacer aflorar los afectos y emociones positivas, es compartir esos talentos y capacidades innatas que cada ser singular lleva dentro. Es crear vínculos desde esas sensaciones y sentimientos, que nos unen a quienes nos rodean. En ese círculo cercano donde se hace familia y se desarrolla la amistad, es donde compartimos y propagamos todo nuestro caudal emotivo. Y donde es posible hacer ese descubrimiento personal, que y ayude a su vez al entorno cercano en su propia búsqueda.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo éste pregón cotidiano lleno de mis afectos, emociones, pensamientos y búsquedas.
A disfrutar el día!!!! A seguir cuidándose!!!!! Les deseo una hermosa tarde!!!!!
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