Mostrar que hay un equipo, es algo positivo, si quién lidera, asume la responsabilidad, es capaz de compartir los éxitos y hace suyos los fracasos, para resurgir de las cenizas, así funcionan los líderes. Y además, ese liderazgo se sostiene y fortalece, escuchando y compartiendo las vicisitudes del equipo que le rodea. Nadie es por sí solo, todos tenemos nuestras limitaciones, más allá de contar con cualidades únicas, también es necesario desarrollarlas y estar atentos, saber observar y escuchar para liderar con decisión y arrojo.
Un liderazgo sólido, se sustenta además en saber apreciar las cualidades, las fortalezas y debilidades de ese equipo. Debe tener la capacidad de identificar las necesidades básicas de cada colaborador, sus miedos, sus sueños y las claves de su motivación en los momentos decisivos. Tiene en primer lugar que conocerse a sí mismo, aprender cuales son sus propias fortalezas y debilidades, así como identificar las teclas que activan su fuerza interior. Desde ahí, será capaz de motivar y encender los generadores de alegría, ilusión, buena onda, optimismo, solidaridad, felicidad, amor y esperanza de ese equipo.
Esos sentimientos y emociones positivas básicas, son el material indispensable para construir cualquier cosa. Un equipo para emprender los mas osados desafíos, la vida cotidiana, los vínculos familiares, los amigos, en fin, todo aquello que tiene relación directa con nuestras actividades vitales, que a diario desempeñamos. Afectos y sensaciones, que desatan nuestra fuerza, nuestras ganas y nuestra actitud positiva para ponernos manos a la obra y codo con codo al frente del equipo. Sumando y compartiendo esfuerzo e inteligencia para lograr los objetivos. Así funcionan los líderes.
Y así voy yendo, manteniendo el rumbo fijo hacia mi ser feliz, compartiendo éste pregón cotidiano, donde plasmo las vivencias de la jornada.
A disfrutar el día!!!!! A seguir cuidándose!!!! Les deseo una hermosa jornada!!!!!
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