Después de la salida a Padrón, la tarde va transcurriendo por casa, el día quedó soleado y las tareas por el jardín resultaron una buena forma de relajarnos y compartir más agradables momentos juntos. Ya cuando el cansancio comenzaba a hacer su trabajo, sugerí tomar un café, a lo que Rosa agregó otra sugerencia, acompañarlo con algo dulce, de allí, ella continuó las tareas en el jardín y yo me puse manos a la obra para preparar café y hacer unos coquitos. En media hora tenía todo pronto, paladearlos y tomar el café, un suspiro, que nos generó alegría, ilusión, buena onda, optimismo, felicidad y amor, de principio a fin.
Son esos pequeños detalles, que debemos aprovechar a lo largo del día, esas cosas simples que tenemos que disfrutar y gozar desde el momento que las detectamos. En nosotros está la posibilidad de hacerlo, en nuestra capacidad de prestar atención a esas pequeñas cosas y poder reaccionar poniéndonos manos a la obra rápidamente.
Si también somos capaces de compartir todas esas emociones positivas con nuestro entorno cercano, ese acto desinteresado, de desprendimiento personal, solidario y valiente, nos resultará sumamente gratificante y será al mismo tiempo ejemplar para ese mismo entorno.
Les mando un abrazo!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario