Mis actividades de la mañana por Noia, el hermoso pueblo en el que vivo junto a mi esposa, al que llegué para quedarme hace más de trece años. Y me lleva a recordar muchas cosas, desde la primera vez que pasé por aquí, ya pasaron más del doble de los que llevo viviendo aquí, además me recuerda algo que mi padre siempre decía ("...uno sabe donde nace, pero nunca sabe donde morirá...").
Cuantas cosas más me vienen así en torrente, inundando mi mente y mis ojos de lágrimas por la emoción, son esas cosas que muchas veces reprimimos, que no dejamos salir por no mostrar signos de "debilidad" ante nuestro entorno. Y nada más lejos de la verdad, alguien que es capaz de dejar aflorar la alegría, la ilusión, la buena onda, el optimismo, la felicidad y el amor, tiene una fortaleza mental, espiritual y moral sin parangón.
Demuestra sanamente lo que lleva dentro, compartiendo y contagiando esa fuerza, esa energía vital entre quienes le rodean, disfrutando y gozando de ese momento épico, de entrega desinteresada y valiente. Algo que aunque no lo parezca, resultará sumamente gratificante y a su vez será ejemplar para ese entorno que observa.
Les mando un abrazo!!!!!
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