Por la tarde, después de una buena siesta, Rosa se puso manos a la obra en el jardín y yo me puse a experimentar en la cocina. Por un lado, el jardín reluciente y por el otro unas galletas de chocolate, que quedaron exquisitas. En esos ejercicios también vamos generando alegría, ilusión, buena onda, optimismo y felicidad.
Así vamos yendo, aprovechando el día, disfrutando de todas esas cosas que nos encontramos a lo largo el trayecto. Todas esas tareas domésticas, son parte de ese conjunto de elementos que ayudan en ese proceso de hacer aflorar nuestras mejores y más profundas emociones positivas.
Seguimos así por el camino en el que mantenemos nuestro rumbo fijo hacia ese ser feliz constante y recurrente. Sobre eso, sigo insistiendo y les aliento a dejar los miedos de lado, a dar ese primer paso, dejándose llevar por ese sendero mágico y especial que cada uno debe elegir.
Gracias por estar ahí!!!!! Gracias por compartir!!!!
Les mando un abrazo!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario