Después del desayuno, ya avanzada la mañana, nos pasó a buscar nuestra amiga Ana, con quien ayer quedamos para ir hasta Padrón, un pueblo que queda a algo más de veinte km. de casa y donde todos los domingos se lleva a cabo uno de los mercadillos callejeros más grande de la zona. Allá nos fuimos y como pueden observar, el ambiente es estupendo y lo pasamos muy bien recorriendo ese enorme mercadillo, la alegría, la ilusión, la buena onda, el optimismo y la felicidad era una constante. Los mercaderes y los compradores que allí nos congregamos, provenientes de todos los pueblos vecinos y más allá, generábamos una mezcla, en la que los pregones, los colores, los aromas, los regateos y las charlas varias, formaban una amalgama virtuosa y mágica. Todo sumaba, todo aportaba y ayudaba a hacer aflorar nuestras mejores y más profundas emociones positivas, que se hacían notar, resultando tan fácil compartir todo eso en ese lugar, que de algún modo se entiende claramente el motivo por el cual éste tipo de actividades comerciales perduran en la historia y continuarán su curso en el futuro.
Venir al mercadillo de Padrón y marcharnos sin comer el tradicional "pulpo a feira" y tomar un vino, es algo que no se puede concebir. Por tanto, hicimos honor a esa tradicional y exquisita ingesta, para luego continuar nuestro camino de regreso a casa.
Gracias por estar ahí!!!! Gracias por compartir!!!!!
Les mando un abrazo!!!!!
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