Luego del desayuno, salimos a pasear por Oporto, recorrimos unos cuantos sitios conocidos y descubrimos otros por los que nunca nos habíamos aventurado. Cruzamos el puente metálico por la parte alta del mismo, justo por donde pasan los trenes y después bajamos hacia Gaia por el teleférico para continuar el paseo en la otra orilla del río Douro. Más tarde también comimos por allí, en un continuo proceso de generación de alegría, ilusión, buena onda, optimismo y felicidad junto a nuestros amigos Andrea y Jorge.
Por allí íbamos yendo, aprovechando el hermoso día, disfrutando del ambiente festivo, de la gente que se movía por toda la ciudad, recorriendo cada rincón, cada callejuela, cada galería antigua, sintiendo el fresco aire en la cara y esos aromas que desprendían cada uno de los locales. Toda esa algarabía, esa multitud en movimiento, dejaba una puerta abierta a que afloraran todas esas emociones positivas.
Seguimos así en el camino, con rumbo fijo en ese ser feliz constante y recurrente, ese norte que tanto recomiendo. Y sigo insistiendo que vale la pena intentarlo, dar ese primer paso tan importante en todo emprendimiento.
Gracias por estar ahí!!!!! Gracias por compartir!!!!!
Les mando un abrazo!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario