Al atardecer, mientras iba a buscar a Rosa hasta su oficina, pude sacar ésta foto en uno de los jardines del barrio. Cuando llegué, estaba aconsejando a unas personas sobre los cambios que querían hacer en su casa y haciendo las últimas anotaciones para realizar el presupuesto de los materiales necesarios. Ver la forma de trabajar, la generosidad con la que brinda todo ese asesoramiento, así como la alegría, la ilusión, la buena onda, el optimismo y la felicidad que esa interacción le genera, me da una gran satisfacción.
Ahí vamos yendo, aprovechando el día, en distintas actividades, disfrutando y gozando de todo cuanto nos vamos encontrando a lo largo del trayecto. Ahora mismo estoy escribiendo esto y esperando terminar para darme un chapuzón en la piscina junto a mi esposa.
Seguimos en nuestro camino, en nuestra tarea vital de generar felicidad. Anímense, pónganse en camino, la vida no espera a nadie.
Les mando un abrazo!!!!!
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